La cifra alcanzada por el presidente de México representa el más alto nivel de aceptación
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, alcanzó 71% de aprobación entre presidentes y ministros de 22 países, con lo que rompió su máximo histórico desde que se tiene registro, todo ello en el marco de la discusión por la reforma eléctrica, según datos de Morning Consult Political Intelligence.
“El 30 de marzo de este año, López Obrador había obtenido un índice de aprobación del 69%. Fue su máximo histórico. Sin embargo, hasta esa fecha jamás había superado los 70 puntos porcentuales. En cambio, el presidente mexicano tuvo su mínimo histórico en la encuesta de Morning Consult Political Intelligence el 10 de junio de 2020, con 54%; el rechazo subió hasta 37 por ciento”, informó Morning Consult, fundada en el año 2014.
López Obrador se ha mantenido como el segundo mandatario mejor evaluado entre la selección de líderes globales de esa consultora. El gran fenómeno de la lista es Narendra Modi de la India, quien tiene 77% de aprobación y 18% de rechazo.
De acuerdo con la encuesta que realizó Morning Consult Political Intelligence (MCPI), el nivel de desaprobación del mandatario es de 22%.
El ejercicio se realizó del 13 al 19 de abril de este año, justo cuando se debatía la reforma eléctrica entre residentes adultos de los siguientes países: Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, República Checa, Francia, Alemania, India, Irlanda, Italia, Japón, México, Holanda, Noruega, Polonia, Corea del Sur, España, Suiza, Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El nivel de aprobación resulta relevante porque se da en medio de la discusión de la reforma a la industria eléctrica propuesta por el Ejecutivo, misma que fue rechazada por los partidos de oposición en lo que algunos medios, analistas, periodistas y partidos de oposición señalan como “su primer revés importante en el terreno legislativo”.
Morena y sus aliados no pudieron sacar adelante la reforma eléctrica que pretendía devolver a la Comisión Federal de Electricidad el poder perdido por la reforma energética de Enrique Peña Nieto y limitar la participación de los privados, a los que se acusa de saqueo.