Los números, casi siempre, cuentan una historia incompleta
Hace unos años que la sabermetría ya invadió en el mundo del deporte, y ha empezado a tener un papel preponderante.
Quizás la carta de presentación de la «revolución de la sabermetría» en el deporte, haya sido Theo Epstein, quién como presidente de operaciones, ayudó a los Chicago Cubs a coronarse campeones y romper una racha de 108 años sin estar en lo más alto.
Y esa es precisamente la clase de logro que necesitaba la sabermetría para tener su validación en el mundo del deporte.
Después de todo, si había sido suficiente para ayudar a una franquicia que padecía una «maldición» como los Cubs, definitivamente iba a poder ayudar al resto.
Pero como todo hoy en día, tristemente, la sabermetría ha generado una polarización.
Hay quienes la aman y juran que si no te subes al barco estás en contra de la evolución, mientras que hay otros que se aferran firmemente a la manera en la cual siempre se solían tomar las decisiones.
En lo personal, creo que los extremos nunca son buenos, y la verdad suele radicar en algún lugar en el medio.
El ultimo partido de la temporada regular de la NFL entre Las Vegas Raiders y Los Angeles Chargers, nos presentó varias situaciones de partido que nos ayudan a entender por qué los números ayudan, pero no ofrecen el contexto absoluto.