La boda del Che Guevara en Tepotzotlán

Porlaredaccion

26 de mayo de 2019

Eran las doce del medio día del 18 de Agosto de 1955 en Tepotzotlán, Estado de México. El primer matrimonio de Ernesto Guevara de la Serna, (previa solicitud en el registro civil, que data del día trece) habría de formalizarse; tras la noticia del embarazo de su aún novia, la peruana Hilda Gadea, quedaba sólo el matrimonio.

Se pueden leer los datos del acta: de ocupación médico, nacionalidad Argentina y 27 años de edad, al igual que la ocupación casa, nacionalidad peruana y 30 años de edad para los contrayentes.

De este atestado la foto del contrayente, define el momento del encuentro, que podría ser el fin de una época en la vida de Guevara y quizá la última, con esa apariencia, antes de sarpar en el Granma con Fidel Castro a la isla de Cuba.

En Tepotzotlán, se casó el que sería después el «Che Guevara», un personaje que contrasta con las fotos que se tomaron después de su casamiento. Es un Ernesto Guevara con saco, corbata y el cabello alienado y sin barba. Ese fue el «Che» que pisó el centro de Tepotzotlán para unirse en matrimonio por el régimen de sociedad conyugal con la activista que defendió el gobierno de Jacobo Arbenz (Hilda Gadea).

El célebre enlace tuvo como consecuencia el nacimiento de la primer y única hija del matrimonio: Hilda.

El fin de su matrimonio llegaría poco tiempo después con el comandante Guevara en Cuba. Sería ya un «Che» con el pelo largo, con la boina legendaria de la estrella roja en la cabeza, botas, el uniforme verde olivo y el triunfo de la Revolución en la bolsa. Lejos quedaría la imagen del contrayente que aparece en la foto del acta y que piso Tepotzotlán en un periodo de su vida donde habría de dejar la aventura, y desprenderse de su vida familiar, para cambiar al mundo.

Este suceso, habría que registrarlo diciendo que en Tepotzotlán se caso el guerrillero que propuso el socialismo y el hombre nuevo, que vivió siempre con la frase que marcó su vida: «La mejor manera de decir, es hacer» José Marti. Y que haciendo la revolución el «Che» le dijo al mundo: Los grandes cambios, sí son posibles.