La Fórmula 1 acaba de terminar la que, posiblemente, ha sido su temporada más emocionante e intrigante de la historia.
Seguro la más impactante de los últimos 30 años. Sus niveles de audiencia crecen, pero se acerca peligrosamente a un formato de difusión que la hace parecer, cada día más, un ‘reality show’ y esto podría ir en detrimento del deporte.
Esto ha venido de la mano de la nueva administración, Liberty Media, propietarios de la serie que buscan atraer nuevos aficionados y mercados a un deporte etiquetado como elitista y, en el pasado, reservado a un nicho de fans con cierto nivel de ‘expertise’.
Hoy todo mundo habla de la F1, el duelo Max Verstappen vs Lewis Hamilton llenó los trending topics dominicales en las redes sociales y, solamente en ESPN el nivel de audiencia creció en un 54 por ciento en promedio por carrera en 2021, en comparación con el año recortado por pandemia de 2020, y un 39 por ciento respecto a 2019.
El Gran Premio con mayor audiencia fue Austin en Estados Unidos con 1.2 millones de espectadores en promedio por la cadena ABC.
Esto habla del aumento de seguidores de la Fórmula 1, pero no se debe descuidar la parte deportiva que es lo que sostiene todo.
Paulatinamente, y mucho más desde la primera temporada de ‘Drive to Survive’ de Netflix, la Fórmula 1 comenzó a acercar a los aficionados a las entrañas de la categoría con tecnología y detalles durante las transmisiones de TV que definitivamente impactaron porque eran cuestiones que antes no se tenían a la mano.
Más y mejores cámaras a bordo, gráficas con posibles estrategias, tipos de neumáticos, estimado en el desgaste de los mismos, análisis técnicos y de maniobras en pista, probabilidades de rebase entre uno y otro piloto, enlaces en vivo con entrevistas a protagonistas de los equipos desde el pit lane antes de las largadas y otros detalles, vinieron a enriquecer y a seducir al nuevo aficionado que, hay que decirlo, muchas veces no se integraba a la base regular de seguidores porque el automovilismo y la F1, en particular, es un deporte muy técnico y especializado al grado de ahuyentar a los no conocedores.
Un reality show
El problema ha recaído en exagerar en la exposición del trabajo de equipos y pilotos en las transmisiones en vivo, además de los problemas del ‘réferi’ de los Grandes Premios en imponer su autoridad en los mismos.
Los radios que exhiben las comunicaciones de los pilotos con sus equipos durante las sesiones y carreras son muy valiosos para entender decisiones, situaciones y hechos que suceden en vivo.