México, 19 de febrero de 1913.
Francisco I. Madero, José María Pino Suárez, ( firmas de ambos )
Dice la carta que aun lleva entre sus manos, el todavía Secretario de Relaciones Exteriores dirigiéndose entre vacilaciones, incertidumbre, autoengaño, y zozobra a la Cámara de Diputados, a su mente vuelve Gustavo Madero y la brutal forma en que fue asesinado y la carta se le cae de las manos. Entonces respira, cierra los ojos. En unos momentos será nombrado por la Camarada de Diputados Presidente interino.
Como última resistencia se aduce que las firmas fueron sacadas bajo amenaza, pero al fin el congreso da validez a las renuncias. La transpiración de Pedro Lascurain lo lleva al límite, su mira esta en el vacío, levanta su brazo derecho y jura el cargo de Presidente frente aun congreso cómplice.
Comienzan los 45 minutos en que habrá de durar ese día, y el periodo presidencial más corta de la historia. 17:15 horas el tiempo es suficiente para designar como secretario de Gobernación a Victoriano Huerta y luego renunciar a su cargo para dar lugar a que el propio general Huerta asuma la Presidencia de la República.
Ese es el plan, las presiones lo abruman, sus manos estan sudorosas, el miedo reflejado en su mirada, de nuevo tiembla, desea que todo termine pronto, le explican lo que tiene que hacer, no hay un mínimo respeto a su investidura y siente el oprobio, su boca esta seca, se marea y jala aire. El Presidente Pedro Lascurain es preso de sus miedos, de su incapacidad y falta de oficio político.
Lo trasladan a otro edificio que esta rodeado por tropas, siente algunas miradas y le dan nauseas, los minutos avanzan, son 2 cuartos de hora. La inercia del acontecer lo lleva a nombrar a Victoriano Huerta como Secretario de Gobernación es el primer y único acto que hará como presidente.
Alguien al que no puede distinguir, rompe con el vértigo que siente, y pone al frente una hoja. La falta de agua y la agitada respiración que lo invaden, apenas le permiten comprenden lo que sigue. De nuevo una hoja en sus manos, con pavor la mira y con la misma mano derecha (con que hace 30 minutos juro la protesta como presidente) toma una pluma y sin pensarlo firma.
Preso de si mismo y de los militares golpistas, ha cumplido todas sus demandas. Ahora van de nuevo al Congreso que seguía reunido, y recibe la renuncia del presidente Pedro Lascuraín son las 17:55 horas, la tarde avanza y el tiempo cede.
El Secretario de Gobernación Victoriano Huerta esta presente y ansioso de que lo nombren presidente, alguien toma la protesta y levanta su mano derecha, son las 18:00 horas y el día esta por terminar, el golpe de estado se consume, Pedro Lascuraín siente un vergonzoso alivio, el sudor de su frente es frío, baja la mira y los brazos, para él los minutos seguirían contando en una vida ordinaria y llena de confort. 45 minutos y cumplió.
Dos días después serán asesinados Francisco I Madero y Pino Suárez.