La discusión sobre la reducción de la jornada laboral ha vuelto a tomar fuerza en México. Esta semana, Morena se sumó oficialmente al debate en la Cámara de Diputados con la presentación de dos proyectos de ley que buscan modificar el horario de trabajo en el país. Ambas iniciativas comparten un objetivo común: reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, es decir, recortar un día completo de trabajo, pasando de seis a cinco jornadas laborales.
Los encargados de impulsar las propuestas son los diputados Napoleón Gómez Urrutia y Manuel Vázquez Arellano. A diferencia del dictamen que se congeló en la legislatura pasada, una de las nuevas propuestas incluye a los trabajadores del sector público dentro de los beneficios de la reforma. De esta manera, el alcance de la medida podría ser mucho más amplio que el planteado en 2023, que solo contemplaba al sector privado.
Con estas iniciativas, ya son cuatro los proyectos que se encuentran en San Lázaro para modificar el artículo 123 de la Constitución, con el fin de reconocer, en términos legales, un día de descanso adicional por cada cinco de trabajo. Actualmente, la Carta Magna solo establece un día libre por cada seis jornadas laborales, lo cual coloca a México en una de las posiciones menos favorables de América Latina en cuanto a tiempo de descanso se refiere.
Un cambio hacia el bienestar
La propuesta no solo busca una modificación legislativa, sino que tiene como objetivo materializar un derecho fundamental: el descanso digno. Al reducir la jornada laboral y otorgar más tiempo libre, se pretende que los trabajadores puedan equilibrar mejor su vida personal y laboral, un aspecto cada vez más relevante en el contexto de la salud mental y el bienestar general de la fuerza laboral.
Es importante señalar que esta medida también tiene implicaciones positivas en términos de productividad. Diversos estudios internacionales han demostrado que una jornada laboral más corta no necesariamente significa menos producción; por el contrario, en muchos casos, los trabajadores son más productivos y creativos cuando tienen un tiempo adecuado para descansar. Además, la reducción de horas podría traducirse en una mejora de la calidad de vida y en una mayor retención de talento, aspectos cruciales para un mercado laboral que enfrenta la incertidumbre económica.
Una apuesta por los derechos laborales
Al mismo tiempo, la reforma plantea una reivindicación de los derechos humanos en el ámbito laboral. En un país donde las jornadas largas son la norma y las vacaciones suelen ser limitadas, esta iniciativa representa un paso hacia la modernización del marco legal laboral y su alineación con las mejores prácticas internacionales.
Además, la propuesta no se limita solo a un incremento en el tiempo libre, sino que también busca garantizar que los trabajadores reciban su salario íntegro al reducir la jornada. Es decir, por cada cinco días de trabajo, los empleados seguirían recibiendo el mismo salario, sin recortes ni descuentos, lo que contribuiría a mejorar sus condiciones económicas.
Un camino con desafíos
Aunque la reducción de la jornada laboral parece un avance, aún hay resistencias y desafíos por superar. Las discusiones sobre su impacto económico y en la productividad de las empresas continúan. Sin embargo, lo que es indiscutible es que, si se aprueba, esta reforma marcaría un antes y un después en la historia de los derechos laborales en México.
En un mundo cada vez más interconectado y acelerado, donde la conciliación entre la vida personal y profesional se ha convertido en un tema central, esta propuesta podría ser un modelo para otras naciones de la región. La pregunta es si México está dispuesto a dar ese paso hacia una jornada laboral más corta, pero más eficiente, que beneficie tanto a los trabajadores como a la economía del país.
José Díaz