Todavía no se pueden lanzar fuegos artificiales ni hacer una fiesta.
La reglamentación de la F1 tiene como «espíritu» tratar de que haya mejores carreras, con más rebases, competitividad en la parrilla y que los equipos con menores presupuestos tengan oportunidad frente a los grandes, es decir que, en la medida de lo posible, el dinero no defina quién gana.
La serie de modificaciones como mayor peso del auto, obligatoriedad de uso de efecto suelo, limitación de elementos aerodinámicos, neumáticos grandes y otras restricciones como la congelación del desarrollo de motores a partir de unos días antes del inicio de la temporada, reducción paulatina del tope de gastos, buscan primero que los autos se puedan seguir más fácilmente y que esto provoque más rebases.
El meollo fue lograr que el aire sucio se convierta en rebufo bueno que cuando un monoplaza circule detrás de otro no pierda la cola o que sufra para doblar en las curvas: ni oversteer ni understeer o, por lo menos, que no sea tan complicado o controlable.
El resultado, en primera instancia, fue un alivio para la F1 por los siguiente:
Mercedes no dominó
Luego de ocho años de una Fórmula 1 monotonal y bajo el yugo de Mercedes, el hecho de que Ferrari se haya visto como el mejor equipo, con Red Bull peleando y otros como Alfa Romeo y Haas en la conversación de los primeros puestos, el reglamento ha cumplido su primer cometido de cambiar el orden de las cosas.
Esto no quiere decir que Mercedes, que al final terminó en tercero y cuatro lugares con Lewis Hamilton y George Russell, luego de los abandonos de los Red Bull de Max Verstappen y Sergio Pérez, no vaya en algún momento a pelear por ganar peleas e incluso por el campeonato. De hecho podríamos asegurar que en algún momento de la temporada las Flechas Plateadas serán contendientes, pero que haya más de dos equipos que hicieron mejor la cosas de entrada, a pesar del poder económico y fuerza de fábrica, es muy refrescante para la F1.
Equipos “chicos” que se meten a Q3 y Top 10
El reglamento de la Fórmula 1 estableció desde antes de 2022 que los equipos en las peores posiciones finales en el Campeonato de Constructores contarán con más tiempo de desarrollo para sus autos en los túneles de viento, esto con relación a los mejores.
Así, Haas, Alfa Romeo y Williams, en orden del peor al menos malo del 2021 pudieron meter sus prototipos al túnel de viento por más tiempo y los dos primeros además con la sinergía de trabajar de la mano (hasta donde lo permite el reglamento) con su proveedor de motores que es Ferrari y, como se vio, eso les supuso un empuje extra. Williams bailó la peor tonada, al ser equipo con motor Mercedes que arrancó con muchos problemas.
Para Haas, fue un inicio de temporada de ensueño que a pesar de perder a su patrocinador principal y al piloto ruso Nikita Mazepin, por razones de política internacional ya conocidas por todos, salió de lo que parecía un infortunio con un auto desarrollado con el dinero del papá de Mazepin y recibió a un muy experimentado y rápido Kevin Magnussen.
Con el respiro de contar con respaldo presupuestario solidario del resto de la parrilla y la F1, Haas se anotó 10 puntos con el quinto lugar del danés Magnussen y casi marca con Mick Schumacher, quien tuvo una largada difícil con contacto con el Alpine de Esteban Ocon.
Alfa Romeo también hizo el famoso acto del Ave Fénix, al estrenar como piloto a Valtteri Bottas, quien se quedó con los 8 puntos del sexto lugar y el debutante chino, Guanyu Zhou rescató el décimo puesto y el puntito de la honra y la historia para su pais.
