¿Por qué hay una fiebre del oro con los combustibles fósiles en el mundo?

Porlaredaccion

14 de junio de 2022

El gas natural licuado puede ser exportado en barcos

Las promesas de combatir el cambio climático sembradas en noviembre de 2021 durante la cumbre mundial sobre el cambio climático COP26, podrían estarse marchitando con la actual guerra de Rusia en Ucrania.

Durante el encuentro, realizado en Glasgow, casi dos centenares de gobiernos suscribieron un documento que fija la agenda para la lucha contra este problema global durante la próxima década.

Allí acordaron que este 2022 actualizarían sus objetivos sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y se comprometieron a ir eliminando los subsidios que reducen artificialmente -y por tanto facilitan el consumo- de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural.

Pese a esas promesas, poco meses más tarde, la producción y consumo de este tipo de combustibles ha recibido un fuerte empujón gracias a la invasión rusa a Ucrania.

Un informe publicado esta semana sobre el impacto de esa guerra en la lucha contra el cambio climático asegura que en la actualidad hay una especie de «fiebre del oro» global para la construcción de infraestructura para producir, transportar o procesar combustibles fósiles, en especial, gas natural licuado (GNL).

El documento fue elaborado por Climate Action Tracker (CAT, por sus siglas en inglés), un proyecto científico independiente que hace seguimiento a los acciones de los gobiernos para enfrentar el cambio climático y las contrasta con los objetivos del acuerdo de París de «mantener el calentamiento bien por debajo de 2°C y hacer esfuerzo para limitar el calentamiento a 1,5°C».

El informe destaca, entre otras cosas, los planes para construir nuevas plantas de GNL en Alemania, Italia, Grecia y Países Bajos, mientras países como Estados Unidos, Canadá, Qatar, Egipto y Argelia prevén incrementar sus exportaciones de este combustible.

Al mismo tiempo, destaca que muchos productores de combustibles fósiles han aumentado su producción, mientras que gobiernos en más de una decena de países desarrollados están reduciendo los impuestos sobre el combustible o sobre el consumo de energía, incentivando así su consumo.

La idea de aumentar el consumo de combustibles fósiles para responder a la crisis energética actual fue cuestionada este martes por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien dijo que invertir dinero en carbón, petróleo o gas para enfrentar las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania es «ilusorio».

Agregó que la fórmula de consumo global de energía no funciona y que usar más carbón solamente reforzará el «flagelo de la guerra, la contaminación y la catástrofe climática».

Fuente: bbc News.