Pedro Zenteno Santaella, diputado federal, destacó la urgencia de revalorizar el papel del médico general y familiar en el sistema de salud mexicano, pues su función es clave para garantizar una atención eficiente, accesible y de calidad.
Señaló que, actualmente, el país enfrenta un déficit de estos profesionales, especialmente en zonas rurales y marginadas, lo que agrava la saturación en hospitales de tercer nivel y dificulta el acceso a servicios médicos para la población más vulnerable.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay un promedio de 16.2 médicos generales por cada 10,000 habitantes, cifra inferior a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un mínimo de 23. Además, la distribución de estos médicos es desigual: mientras en la Ciudad de México hay 45 por cada 10,000 habitantes, en estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca la cifra es menor a 10.
El diputado por el Distrito 37 del Estado de México enfatizó que la medicina general es la primera línea de defensa en la atención sanitaria y su fortalecimiento permitiría prevenir enfermedades, reducir la carga sobre los especialistas y optimizar los recursos del sistema de salud. No obstante, denunció que en México la falta de incentivos y reconocimiento ha provocado que muchos médicos opten por especializarse, percibiendo la medicina general como una opción de menor prestigio y con limitadas oportunidades de desarrollo profesional.
Subrayó que países con sistemas de salud exitosos han apostado por fortalecer la medicina familiar, lo que ha mejorado la calidad del servicio y reducido costos hospitalarios. En cambio, en México, el modelo neoliberal priorizó la atención especializada y redujo el presupuesto para la atención primaria, generando deficiencias en infraestructura y personal médico.
Para revertir esta situación, Pedro Zenteno propuso una serie de reformas, entre ellas, mejorar las condiciones laborales y salariales de los médicos generales, garantizar su formación continua y promover campañas de concientización para que la población acuda primero a la atención primaria. «La salud no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión en el bienestar y desarrollo del país», concluyó.
