Cuando se habla de soberanía en nuestro país inmediatamente pienso en la democracia, sin embargo, para poder tener democracia hace falta entender que la democracia es considerada una forma de gobierno justa y conveniente para vivir en armonía, o al menos eso refiere la ONU.
La democracia mexicana cuenta con un sistema electoral hecho a modo, sin embargo, se busca que sean honestos, independientes, competitivos y plurales, pero aquí se piensa en el principio básico de “una persona, un voto”. Entonces la democracia tiene puentes, baches, caminos con ciertas condiciones.
También cuando pienso en soberanía me viene a la mente justicia y la justicia en México es como una isla donde nadie puede ir a buscarla para decidir, participar, o al menos que tengas recursos para poder comprarte una lancha e ir por la justicia. También es condicionada.
Entonces para poder llegar al ideal de la soberanía se tiene que revisar qué esas condiciones sean eliminadas con esto quiero mencionar lo que depara a México en este 2024.
Hago esta analogía por la iniciativa de las 20 reformas que presentó el presidente de la república, la elección popular de consejeros y magistrados electorales, ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, prohibición del maltrato animal, eliminar fracking, eliminar organismos autónomos, garantizar una pensión del 100 por ciento para quienes comenzaron a laborar desde 1997, garantizar aumentos de salario mínimo, becas a estudiantes, entre otras.
El presidente refirió “La honestidad es libertad” No se podría transformar sin la honestidad porque no se podrían enfrentar intereses de grupos, de potentados, destruyen a cualquiera que no tenga autoridad moral, que no tenga autoridad política.
La libertad que define el presidente no puede darse cuando no está reformada y constituida lo que hoy por dignidad tiene el pueblo. La oposición del gobierno se ha encargado de impulsar el plan C, ya que todas las iniciativas y propuestas han sido desechadas en todo este tiempo sin leerlas y analizarlas, solo por venir del presidente.
Así es la ineptitud de la oposición que hoy piensa que el plan C es el plan de gobierno de Claudia Sheinbaum, cuentan una novela donde el presidente ya le escribió todo y Claudia solo tiene que ejecutar sin pensar sin hablar sin decir.
La oposición sigue en su papel de negar todo y desechar todo, la oposición verde, roja amarilla. La oposición naranja por el contrario salió a decir que ya las imprimió, las leyó, analizó velozmente y dijo ¿dónde firmo? Con esto levantó un par de cejas.
Ahora solo queda ver que en el 2024 estas 20 propuestas serán convertidas constitucionalmente, todo lo que se negó a revisar la corte.
El 2024 vendrá seguramente con una arrolladora mayoría calificada que garantizará a los pensionados el 100 % de lo cosechado, para darle el reconocimiento a los pueblos indígenas, democracia y elección popular.
Garantizará el aumento del salario mínimo y que este no se vea afectado por aumento en la inflación, lo cuales es la mentira que nos dijeron por décadas, decían que el aumento era perjudicial para la economía mexicana.
Así como blindar las becas para estudiantes, el apoyo a sembradores, pescadores. Garantizar atención médica integral en especialidades que hoy aún son un problema, un problema que se tiene que atender de raíz en la constitución.
También se eliminarán prácticas que hacen daño a los mexicanos, prácticas que dejaron negocios a los potentados y consecuencias a la clase social. Se eliminará la extracción minera a cielo abierto, el proceso de fracking que solo contamina, expone y pone en riesgo la industria. El uso de vapeadores y el riesgo de consumo de fentanilo.
Eliminar las leyes de pensión del 1997 y 2007 que impide una pensión a los trabajadores. Eliminar gran parte de legisladores plurinominales que lejos de ser la voz del pueblo son una caja chica de intereses de partidos políticos. Elección popular de ministros, magistrados, jueces. Entre otras.
Estas reformas son el resultado de años de lucha para reforzar un cambio democrático y justo para México, donde se tenga una verdadera soberanía popular y que se convierta en libertad, en justicia y seguridad.
Así que habrá que buscar ese cambio democrático y elegir la gobernabilidad responsable y transparente, que trabaje por el bienestar del pueblo. Se tiene que ser libre, soberano sin ninguna condición.