En un emotivo gesto, el Papa Francisco expresó su gratitud a su enfermero personal en sus últimos momentos de vida, revelando detalles de las horas finales del pontífice. Según fuentes de Vatican News, el Papa mostró una vez más su cercanía y gratitud hacia quienes lo rodearon, especialmente hacia el enfermero que lo asistió hasta el último instante.
El domingo de Resurrección, en la mañana, y a pesar de su delicado estado de salud, el Papa cumplió su deseo de hacer una última aparición en la Plaza de San Pedro. Con cierto temor inicial, le preguntó a su enfermero, Strappetti, si era posible realizar el paseo en el papamóvil. Tras recibir el apoyo y la tranquilidad de su asistente, el Papa subió al vehículo y salió a saludar a los miles de feligreses que se habían reunido para celebrar la festividad.

El Papa Francisco, visiblemente cansado pero satisfecho, dirigió unas últimas palabras a su enfermero: “Gracias por traerme de vuelta a la Plaza.” Este agradecimiento, cargado de emoción, refleja el profundo deseo del pontífice de mantener una conexión con la gente hasta el final de su vida, algo que definió su pontificado.
El recorrido en el papamóvil fue el primero que realizó después de su salida del Hospital Gemelli y también su último paseo. En su último acto, el Papa demostró, una vez más, el amor y la cercanía que siempre mostró por los fieles, especialmente por los más pequeños.
El Vaticano también compartió detalles sobre los últimos momentos de vida del Papa Francisco. Durante su último día, el pontífice descansó durante toda la tarde y tuvo una cena tranquila, según informó la Santa Sede. Sin embargo, la situación cambió al día siguiente, cuando, sobre las 5:30 de la mañana, comenzaron a aparecer los primeros síntomas de malestar. La rápida intervención del personal médico que lo cuidaba permitió que se actuara de inmediato.
Una hora después, mientras se encontraba en su habitación en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco entró en coma. Quienes estuvieron a su lado en esos momentos aseguraron que no sufrió, y que todo sucedió rápidamente, sin dolor.
Estas últimas horas reflejan el final sereno y pacífico del pontífice, quien pasó sus últimos momentos rodeado de quienes lo cuidaron con dedicación. El Papa Francisco, quien siempre hizo del contacto humano uno de los pilares de su pontificado, dejó un legado de cercanía y amor por las personas, especialmente los más necesitados, hasta su último aliento.